El método de Castores (6 a 8 años) surgió en Irlanda del Norte en la década de los 70 y posteriormente se implantó en Canadá, Australia, Nueva Zelanda y algunos países europeos.
En España fue introducido por la Asociación en octubre de 1982 de forma experimental como sección opcional para los Grupos scouts, en respuesta a la creciente demanda dentro del movimiento.
La sección de Castores fue aprobada definitivamente por ASDE en enero de 1989 como una etapa más dentro de nuestra oferta educativa. Los niños que pertenecen a ésta sección tienen entre 6 y 8 años.
A través de las cualidades de los animales, los castores comprenden ideas como el crecimiento, el trabajo. Además, el ambiente de fantasía contribuye a que los niños aprendan, se integren y se desarrollen.
Actualmente, la Colonias de nuestra Asociación trabajan con el libro "Cuando la magia llegó al bosque" (
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Los Scouters que utilizan la obra de McCartney adoptan nombres de algunos de sus personajes: Gran Castor , Ojo de Halcón, Arco iris, Burbuja, Rusti...
Su base metodológica recae en los Consejos de Malak, adaptación de la Promesa Scout a la edad de los educandos; son estos:
Cada cosa tiene su lugar: el castor tiene que aprender a ser ordenado y no sólo con sus cosas personales (por ejemplo, el tener en una acampada su mochila bien recogida), sino también con el material de la Colonia (como pudiera ser la preocupación porque la madriguera esté bien ordenada siempre). Es decir, que el valor que prima en este consejo es el ser ordenado. El niño debe entender que todo buen castor es respetuoso con su propio material y el ajeno, y que mantenerlo en buenas condiciones y ordenado es imprescindible para poder disfrutar de él en futuras ocasiones.
Limpio y sano debes crecer: a través de este consejo, el castor aprenderá la importancia de mantenerse en un estado saludable. Así, se trabajarán aspectos tales como el de la importancia de una buena higiene personal (lavarse los dientes después de comer), de una buena alimentación (comer todo tipo de alimentos) y de una actitud positiva hacia la actividad física (participar en todos los juegos de forma alegre y asumiendo sus limitaciones). Es decir, el valor que se trabaja con en este consejo es el cuidado de la salud. El niño debe asimilar que para realizar todos los juegos y actividades que practican en su día a día, es necesario mantener nuestro cuerpo en buenas condiciones de salud, ya que si no es así, no podremos seguir realizándolas. Además, tiene que comprender que con el paso de los años nuestra anatomía irá sufriendo modificaciones propias de la edad, por lo que en el futuro nuestro cuerpo será fruto de lo que hagamos con él en el presente.
Escuchando se aprende: el silencio es fundamental para escuchar cuando alguien habla. Es importante que el castor asuma que todos tienen cosas que aportar y que escuchando pueden aprender cosas nuevas de los demás. Es decir, los valores que se trabajan en este consejo son el respeto hacia el turno de palabra y la escucha atenta al que habla. El niño debe descubrir que en un diálogo es imprescindible saber escuchar atentamente ya que esto va implícito en el respetar a los demás. Debe aprender además, que a través de la escucha de las opiniones y pareceres del resto de personas, uno puede enriquecerse ampliamente sobre muchos temas, y aprender cosas nuevas que le puedan ser interesantes.
Vivimos en el bosque, cuídalo: el respeto a los animales y a las plantas o al buen uso de los recursos naturales (donde entraría en juego la reutilización, la reducción y el reciclaje), son aspectos que el castor no debe de olvidar. De esta forma, aprenderá a respetar al Medio Ambiente y comprenderse dentro del mismo. Es decir, el valor que se quiere tratar con este consejo es el cuidado y respeto del Medio Ambiente. El castor debe asumir que todos debemos cuidar el lugar donde vivimos, nuestro planeta, y que esto es una responsabilidad de todos y todas. Además, debe comprender que no es sólo cuestión de reciclar o de cuidar la naturaleza, si no que también es cuestión de enseñarle a los demás la importancia de mantener limpio y sano el lugar donde todos habitamos. Quizás este sea el consejo más fácil de trabajar por el hecho de que nuestras actividades estén enmarcadas generalmente en la naturaleza, lo que influye positivamente en el niño de manera que comprobará en persona y de primera mano la importancia de cuidar el Medio Ambiente. Por ello es que este hecho debemos aprovecharlo y extrapolarlo además a las ciudades y otros entornos naturales. Si este tema se trabaja con detenimiento y creatividad de forma que al castor le quede marcada dicha importancia del cuidado y respeto medioambiental, será más sencillo y comprensible, el abordaje del buen uso de los recursos naturales, la regla de las 3 Rs, etc.
Todos necesitamos tu ayuda, compártela: el castor debe tener en cuenta que puede serle útil a los demás y que debe prestar su ayuda a cuantos la necesiten. Además, no deberá esperar más recompensa que la alegría de la persona a la que ha ayudado, adquiriendo una actitud responsable y comprometida ya no sólo consigo mismo, sino para con los demás. Es decir, que el valor que se trabaja con este consejo es la solidaridad y el servicio a los demás desinteresadamente. Con él podemos aprovechar para marcar en el castor la idea de que el servicio hacia los demás es además una actitud imprescindible en todo scout. El castor le da mucha importancia a lo que los mayores de su Grupo Scout hagan o dejen de hacer, ya que son, en buena parte, sus referentes; así pues debemos emplear este hecho para dejar en los castores el sello del servicio desinteresado hacia los demás.