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Constelación de Escorpio |
Llegado el verano, o próximo a el, las constelacion de Orión que nos anuncia frio, nieve, viento ... se esconde tras el horizonte nocturno para dar paso a la constelación de Escorpio.
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Constelación de Orión |
lo prometido. Orión intentó vengarse de Enopión, pero no pudo encontrarlo ya que éste se refugió en una cámara subterránea tan enrevesada, que era prácticamente inescrutable. Entonces, Orión montó más aún en cólera y, enfurecido, le dió por matar con sus infalibles flechas y sin piedad alguna todos los animales que le iban saliendo al paso, ya fueran animales feroces o mansas e inocentes
criaturas. Tal era el número de bajas que había causado ya, que su madre Gea tuvo que intervenir pidiéndole, sin ningún éxito, que fuera benévolo y reflexivo. Orión hizo caso omiso a las palabras de su madre y siguió en sus trece, a pesar de las repetidas advertencias de Gea. Un día, cuando el soberbio gigante se encontraba reunido con sus amigos, envaneciéndose de que ni los tigres, ni las panteras, ni aún los leones o serpientes eran capaces de producirle espanto 14 alguno, desbordó la paciencia de su madre, la cual le mandó un escorpión muy venenoso. Orión, al verlo, no pudo contener su irónica sonrisa ante la ridiculez de aquel insignificante adversario enviado por Gea. El gigante se confió demasiado y el escorpión le picó en un pie con su potente aguijón venenoso. La terrible ponzoña se extendió por toda la sangre del cazador y éste cayó al suelo medio moribundo. Cuando vio que la muerte era ya inminente, pidió auxilio e imploró venganza al todopoderoso Zeus, ya que la muerte que le acechaba era poco gloriosa para un personaje de su talante. Le pidió al dios supremo que lo colocaran en los cielos con sus dos fieles perros de caza (Can Mayor y Can Menor) y una liebre, para que los hombres, cuando miraran hacia arriba en las oscuras noches estrelladas, recordaran sus aventuras como cazador. También le pidió a Zeus el dominio de las tempestades, las tormentas, el hielo y los vientos, a fin de poderse vengar así de su madre la Tierra (Gea). El dios fue condescendiente con Orión y atendió sus súplicas. La Tierra tembló, y desde entonces lo ha venido haciendo hasta nuestros días cada vez que ha visto aparecer a Orión sobre el firmamento, ya que éste siempre ha traído consigo el viento, el frío, las tempestades, los hielos, las nieves y las escarchas, que tan abundantes son en invierno sobre la Tierra, coincidiendo con la llegada de esta constelación. También se encargó Zeus de situar el Escorpión en el firmamento, pero tuvo cuidado de ponerlo lo más alejado posible del gigante para que nunca más volvieran a enfrentarse. Así pues, cuando Orión desaparece de la bóveda celeste es cuando hace su aparición el Escorpión. Mientras que Orión aparece durante el invierno, Escorpión lo hace en el verano.
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